En el deporte más popular del mundo, el proceso de cambio
tecnológico ya está encarrilado y parece que ya nada podrá detenerlo. El
encuentro amistoso entre las selecciones de Francia y de Italia que se llevó a
cabo en Bari, Italia, el pasado 1 de septiembre quedará como el primer
encuentro oficial realizado con asistencia video y el árbitro holandés, Bjorn
Kuipers, como el primer colegiado en pitar oficialmente con la ayuda de
monitores.
La asistencia tecnológica no estuvo de más ese día. El primer
beneficiado fue el francés Djibril Sidibé que cometió una falta sobre De Rossi
a los 4 minutos de iniciado el partido. Una acción que merecía sanción, pero no
la tarjeta roja que reclamaban los italianos.
“Mis ayudantes estuvieron muy serviciales y en apenas diez
segundos ya teníamos la decisión sin cometer error”, comentó Kuipers en
comentarios con la prensa al término del encuentro.
Misma ayuda cuando a la media hora de juego los italianos pidieron
mano sobre un balón que golpeó al francés Layvin Kurzawa. “A los siete u ocho
segundos me llegó la información de que la pelota le había dado en el muslo y
los jugadores aceptaron de inmediato la decisión”, explicó Kuipers.
La presteza de la decisión es de importancia para convencer a los
más reticentes como el ex presidente de la UEFA, Michel Platini, que temía una
ruptura en el ritmo de juego con el uso de la tecnología.
“El video en el fútbol sería un desastre. Espero que jamás
llegue”, había sentenciado Platini.
La casi instantaneidad con la que el árbitro holandés recibió las
decisiones en el Italia-Francia del pasado 1 de septiembre es, por lo tanto, un
punto más a favor de la tecnología. Es evidente que la tecnología no es la
única que puede romper el ritmo de juego en un partido de futbol. De mañas y
artimañas los futbolistas se las saben todas cuando hay que perder tiempo,
desconcentrar al adversario o romper el ritmo de juego. La tecnología no los
ayudará en ese sentido.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que calificó al
encuentro franco-italiano de histórico para el futbol destacó la necesidad de
probar el video en situaciones reales.
“La clave consiste en poder ayudar sin alterar la esencia del
juego, pero necesitamos testarlo para poder saberlo”, explica Infantino.
A nivel de selecciones, el próximo encuentro de la squadra
azzurra, en noviembre frente a la Mannschaft, será nuevamente con asistencia de
monitores.
Pero si el arbitraje video fue aceptado por la FIFA desde el
pasado mes de marzo, su plena aplicación todavía tardará. Primero se llevará a
cabo una fase experimental de dos años y en ese sentido la Serie A, la primera
división italiana, en la que juega el mexicano Carlos Salcedo, lleva la
delantera.
A partir del 1 de octubre próximo, tres partidos de cada jornada
de la Serie A se harán con asistencia video. Un monitoreo centrado
específicamente en acciones de gol en fuera de lugar, faltas dentro o fuera del
área, confusión de jugadores en amonestaciones o expulsiones, así como acciones
violentas fuera del campo de visión de los árbitros que se encuentran sobre la
cancha.
Los árbitros contarán así con las mismas imágenes que los millones
de televidentes que, cada fin de semana, ante su televisor gritan y se
desesperan por faltas que los árbitros no vieron, malinterpretaron o creyeron
ver.
“En el año 2016 no nos podemos permitir que todo el mundo vea un
incidente y que la única persona que no lo perciba, porque no está permitido,
sea el árbitro. Debemos protegerlos”, señaló Infantino.
Otras federaciones que ya se han propuesto como candidatos para
probar el arbitraje asistido son las de Australia, Brasil, Alemania, Holanda,
Portugal, Estados Unidos y Francia.
Ésta última hará una experiencia en dos etapas. La primera a
partir de noviembre 2016 será de capacitación de los árbitros y de
entrenamiento en directo pues vigilarán el trabajo de los árbitros en los
encuentros de La Ligue en condiciones reales, pero no podrán intervenir. Sólo a
partir de marzo 2017 habrá intervención en algunos encuentros.
En todos los casos, la experiencia durará dos años, con el
objetivo general de que el Mundial de Rusia en 2018 sea el primer gran evento
totalmente bajo arbitraje video. Quizás entonces en Moscú todas esas manos
polémicas como la de Maradona en 1986, la de Henry en 2010 o la de Ruidíaz en
la pasada Copa América ya no podrán ser
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